Nació el mismo año en que vio la luz el Fiat 600, su auto de siempre. En marzo de 1955, el Fitito fue presentado a nivel mundial en el Palacio de Exposiciones de Ginebra. Y el 20 de julio de ese año, nacía en la ciudad de Córdoba Roberto Tolosa, emblemática figura del automovilismo cordobés, que trascendió por sus innumerables triunfos al volante del 600 preparado por él mismo.
“Comencé a correr cuando me compré un 600, justamente con los 600 dólares que tenía ahorrados para irme a vivir y trabajar a España. Me iba a ir en barco; a mi pasaje lo iba a pagar lavando platos en el buque. Pero me quedé y empecé a correr”, rememora el múltiple campeón, oriundo del mismo centro de Córdoba.

Conociendo como mecánico y preparador cada vez mejor al popular Fiat 600, Tolosa llegó a sacarle casi el doble de caballos de fuerza que traía de serie. Así, de los 36 cv del motor original del modelo “R”, que se fabricó en Argentina entre 1970 y 1977, el Gringo logró extraerle casi 70, lo que le permite una velocidad máxima de casi 170 km/h (frente a los 110 km/h de fábrica). Una locura.
Roberto Tolosa: en la romántica clase 8 del rally provincial cordobés, dando cátedra
Tolosa fue uno de los pilotos más destacados de la otrora romántica clase 8 del Campeonato Provincial cordobés de Rally, fiscalizado por la Federación Regional de Automovilismo Deportivo de la Provincia de Córdoba (FRADC). También, fue uno de los notables de la Clase A Cordobesa, la popular y convocante categoría promocional de pista, que se presentaba tanto en circuitos de tierra compactada como de asfalto.
“Corría con grandes como Pietrani y Moyano, que competían con autos de motores banqueados. Yo me sentía chocho de estar corriendo con ellos, con mi modesto fierrito, hecho en mi taller”, cuenta.
En la disciplina rally, haberlo visto volar con su 600 fue único. Uno se preguntaba cómo un Fitito podía andar así. Las fotos de la época lo reflejan. Y cuando el zonal cordobés compartía programación con el Nacional, Tolosa era una estrella de gran magnitud.

En el Rally de La Falda de 1994, en el que largó casi un centenar de máquinas (entre todas las clases del Cordobés y del Argentino), el Gringo llegó en el puesto 18 absoluto, ganándole a muchos de los pilotos que corrían con autos más grandes y potentes.
“Me acuerdo de que le pedí al Gringo Bescham -referente de Fiat- que me diera algo por mi resultado, que no me mandara seco de vuelta a mi casa, y me explicó que lo que tenía era para los que corrían a nivel nacional. Pero me regaló su buzo, que había pertenecido a Carlitos Menem. Con Bescham fuimos muy amigos”, reconoce.
Sobre aquel Rally de La Falda, Tolosa recuerda también algo que para él fue sumamente importante y motivador. “En la previa, La Voz del Interior publicó una foto destacada de mi auto. Fue la única vez que un 600 salió así en el diario”, destaca.
Lo que Roberto Tolosa resalta en el Día del Amigo
“Gracias a Dios tuve, y tengo muy buenos amigos. Innumerables. Y no quisiera quedar mal con ninguno, si me olvido de alguien. Algunos de sus gestos son inolvidables para mí. Heriberto Ortiz me prestó un Renault 18, por el que no me cobró nada. Me dijo ´para que corras alguna vez con un auto grande, dale". Se lo devolví pintadito, todo. David Eli también me permitió correr con un Nissan Sentra. Y así. Otro amigo fue Néstor Flequillo Vega, de quien tengo el mejor recuerdo de ir al palo, a la par, corriendo en el Cabalén. ¡Ninguno aflojaba!"
El 20 de julio también recuerda la llegada del hombre a la Luna y Tolosa dice...
“Cuando sucedió el alunizaje, mi viejo me contó que su reloj de agujas falló y se paró justo a la una y cuarto de la mañana. Fue la hora en que tocaron la Luna; y fue exactamente la hora en que yo nací. En una palangana, en la puerta de la Maternidad. Mi mamá llegó y le dijeron que volviera más tarde, que todavía no iba a parir. Y cuando llegó a la puerta giratoria, acompañada de mi tía, ¡me tuvo!"
Metiendo poesía e imaginación al entretenido relato de Tolosa y siguiendo con el tema de la llegada a la Luna, le preguntamos cómo tendría que ser un Fiat 600 que ande en nuestro satélite natural. De hecho, los tres vehículos lunares que llevaron las misiones Apolo XV, XVI y XVII tenían las dimensiones de un Fitito, aunque con una tecnología mucho más compleja y de acuerdo con las característica del suelo y la atmósfera lunares.
“Va a parecer una boludez. Pero ¿les digo algo? Siempre pienso... ´cómo se va a romper un coche que está hecho con millones y millones, y el mío, no. Yo estoy muy lejos de un auto que ande en la Luna. Pero les aseguro que lo si lo hiciera con mi amigo Hugo Gaydou, un gran preparador, ¡el coche no se rompería!"
Roberto Tolosa: “Nadie es profeta en su tierra y me fui a correr a La Rioja y Santiago, donde fui distinguido”
Con los años, la Clase 8 del Rally provincial cordobés, la de los autos de cilindrada más chica, fue abolida. Y Tolosa, que quería seguir corriendo con el 600 emigró deportivamente a otras provincias.

Con 20 campeonatos logrados, sigue dando cátedra en La Rioja y en Santiago del Estero, donde recibió incluso distintos reconocimientos a su trayectoria. Ganó con su hijas, María Belén y Carolina, y su pareja, Susana, “Capullito”, como navegantes. Y no sólo en autos sino también en motos; con una DR 350 y a punto de cumplir 70 años, logró este año su victoria número 101 en el deporte motor. Nada menos.

“Mi familia, mis hijos y nietos y mi pareja son mis grandes amores, por supuesto. Pero, así como fueron mis padres para mí, el amor más grande que tengo en la vida son los fierros. Y ellos lo entienden y me bancan”, reconoce.
Roberto Tolosa, a los 70 años: “la lección más importante que me dio la vida es que...”
Cumplidos los 70 años este 20 de julio de 2025, Tolosa se refiere también a la lección más importante que le dio la vida hasta hoy: “No busques a quien no te busca. No quieras a quien no te quiere. No quieras darte con quien no se quiere dar con vos”, aconseja.
Como dice el refrán: ´Con guita, cualquiera es playboy´. Feliz cumpleaños al Gringo Tolosa, un tipo apasionado que, compitiendo siempre con un auto chico, logró ser un grande.