La Cámara 8° del Crimen de Córdoba dictó prisión perpetua para Daniel Ignacio Chazarreta, hallándolo culpable del delito de abuso sexual simple, calificado por la guarda y grave daño en la salud, seguido de muerte, en concurso ideal con promoción a la corrupción de menores de 18 años calificada por ser encargado de la guarda.
La sentencia llegó tras el trágico suicidio de Sofía Lourdes Amaya, quien durante años sufrió los abusos por parte de Chazarreta.
CÓMO FUE EL TORMENTO QUE VIVIÓ LA NIÑA
Sofía tenía 13 años en 2021 cuando, en una clase de ESI en su colegio, comprendió que lo que le sucedía tenía nombre: abuso sexual. Durante mucho tiempo, la pequeña no había podido procesar los abusos sistemáticos y periódicos que sufrió entre los 6 y 11 años.
Estos hechos ocurrían en la casa de un matrimonio amigo de sus padres, vecina a la suya, en la ciudad de Córdoba. Chazarreta aprovechaba los momentos en que su esposa no estaba presente para abusar de Sofía, quien callaba por miedo a las amenazas del agresor. Él le decía que todo era como en “las novelas” y que no debía contar nada, amenazándola con dañar a su hermano menor si lo hacía.
La comprensión de lo vivido en la clase de ESI fue un punto de inflexión. Sofía primero se lo contó a amigas y luego, su familia notó un cambio radical en su comportamiento: se mostraba callada, ensimismada y evitaba el contacto visual.
Tras descubrirle cortes en las muñecas, Sofía finalmente se animó a contar todo a una tía. Esa misma noche, el 9 de abril de 2021, su abuela realizó la denuncia. Sofía fue asistida en el Polo de la Mujer, donde tuvo que revivir el trauma en múltiples ocasiones ante diferentes profesionales. Los psiquiatras determinaron que el abuso deterioró significativamente su calidad de vida, llevándola a actos de autoagresión y finalmente al suicidio el 11 de febrero de 2024, a los 16 años.
CONDENARON A PERPETUA AL ABUSADOR DE LA NIÑA QUE SE SUICIDÓ
En el juicio contra Chazarreta, el fiscal Hugo Almirón sostuvo que el acusado no solo debía responder por el abuso sexual, sino también por la muerte de Sofía, al considerar que “el atentado contra sí misma resultó una consecuencia directa del accionar del imputado”.
Almirón argumentó que “el suicidio fue la única salida que la víctima encontró para poner fin a su constante sufrimiento psíquico y moral, originado por el abuso sexual producido en un contexto de violencia de género”.
El jurado popular declaró a Chazarreta culpable por unanimidad, y los jueces de la Cámara 8° del Crimen confirmaron la condena a prisión perpetua. Este caso pone de manifiesto la importancia de la ESI como herramienta de detección y concientización sobre el abuso infantil y las devastadoras consecuencias del silencio.