La historia de la empresa Georgalos tiene sus orígenes en la llegada a la Argentina de su fundador, Miguel Georgalos. Nacido en Chios, una isla griega en el Mar Egeo, Miguel fue enviado a Varsovia, en Polonia, en 1937 para estudiar pastelería con parientes de su familia materna. Sin embargo, tuvo que escapar por la Segunda Guerra Mundial a Argentina, donde transformó una receta orientan en un símbolo argentino: el Mantecol.
En el marco de un nuevo capítulo de Made in Córdoba, Vía Córdoba visitó la fábrica de Georgalos en Río Segundo, donde producen el postre de maní junto con otras golosinas como el caramelo Flynn Paff.
La llegada de Miguel Georgalos a Argentina
El estallido de la Segunda Guerra Mundial cambió el destino de Miguel. Un mes antes de la ocupación alemana, emprendió un viaje en barco con “ruta incierta”, arribando al puerto de Buenos Aires en septiembre de 1939.

Como muchos inmigrantes, Miguel recibió el apoyo de compatriotas que lo ayudaron a conseguir alojamiento. Sin documentos ni ahorros, y con el anhelo de reencontrar a su familia, se dedicó a lo que mejor sabía hacer: postres.
Decidió elaborar “halva”, un dulce tradicional de Medio Oriente. El principal desafío fue la ausencia de pasta de sésamo en Argentina. Fue así como modificó la receta, utilizando maní, logrando un producto más adaptado al paladar local.
Georgalos: transformó un postre oriental en un símbolo argentino
El puntapié inicial de la empresa se dio en una pequeña habitación, donde Miguel elaboraba artesanalmente los primeros cinco kilogramos de pasta de maní utilizando solo una paila de bronce. Durante el día, salía a venderla puerta a puerta, conquistando poco a poco el gusto de los vecinos del barrio de Floresta, en Buenos Aires. Incluso, su producto se popularizó en los partidos de fútbol del club All Boys, del cual era vecino. En 1941, dio inicio a su actividad industrial, bajo el nombre “La Greco Argentina”.
En 1942, contrajo matrimonio con Marcela Brandán, con quien potenció el negocio del maní. Entre 1947 y 1955, el sueño de Miguel de reunir a su familia se hizo realidad con la llegada de sus hermanos, sus padres y algunos primos desde Grecia. Todos se unieron al proyecto, que más tarde, a partir de 1968, adoptaría la denominación “Georgalos Hnos”.
La llegada de Georgalos a Córdoba y su expansión
Dado que el maní era la materia prima principal para sus productos, Miguel buscó asegurar su abastecimiento, lo que los llevó a expandir sus actividades en Córdoba, una provincia clave en la siembra y cosecha de maní.
En 1956, Georgalos Hnos SRL adquirió la excervecería Río Segundo, iniciando sus operaciones el 24 de diciembre de 1957. Esto solidificó y garantizó la disponibilidad de maní, tanto en cantidad como en calidad. En este sentido, las décadas de 1960 y 1970 fueron un período de significativo crecimiento para la compañía.
La expansión industrial continuó con la adquisición del terreno que hasta 1962 era la cancha del club All Boys, para establecer una planta de mayor envergadura. En 1969, la empresa invirtió en tecnología para producir caramelos y chocolates. Esta etapa estuvo acompañada de una intensa actividad publicitaria, destacándose la creación de “Bandita Mantecol” de la mano de García Ferré, el reconocido creador de Anteojito. Georgalos mantuvo una presencia constante en la contratapa de la revista “Anteojito” con diversas campañas.
En 1971, la compañía realizó su primera exportación de maní a Canadá, marcando el inicio de una actividad trascendental para la región y posicionando a Argentina como el tercer exportador mundial de maní. En 1993, la producción de golosinas se centralizó en la planta de Río Segundo.
La venta y recuperación de Mantecol
La década de 1990 fue desafiante para Georgalos, con una fuerte competencia y problemas de endeudamiento. Esta situación culminó en la crisis de 2001, obligando a la empresa a tomar una difícil decisión: vender su marca insignia, Mantecol, para cancelar una parte considerable de su pasivo.
Mantecol representaba entre el 65 y el 70 por ciento de la contribución marginal de la empresa y el 96 por ciento del mercado de postres de maní. La marca fue vendida a Cadbury Stani (posteriormente controlada por Kraft Foods y Mondelez) por 22.5 millones de dólares. Aunque Miguel había fallecido en 1995, la venta fue un momento de gran dolor para la familia.
Para subsistir sin Mantecol, Georgalos implementó un plan estratégico enfocado en dar valor a sus otras marcas, como Flynn Paff, Tokke y Flow Cereal. En 2008, cumplido el plazo contractual que le impedía fabricar un producto similar, Georgalos lanzó Nucrem, un postre de maní con una fórmula suave y cremosa, que rápidamente se posicionó como el segundo competidor en el mercado.
La empresa continuó su crecimiento con la adquisición de General Cereals (marca Nutrifoods) en 2014, y en los años siguientes, fortaleció su cartera de productos con marcas como chocolates Sin Azúcares y Full Maní. En octubre de 2021, Georgalos expandió su negocio al adquirir de Pepsico las marcas Toddy y Zucoa, junto con la planta de producción de polvos de cacao en La Rioja.
El 8 de julio de 2022, Georgalos logró la tan anhelada recuperación de su marca fundadora, Mantecol. Este acuerdo con Mondelez también incluyó la adquisición de otras golosinas icónicas como Palitos de la Selva, Lengüetazo, Bazooka y Jirafa, junto con una planta de producción en San Fernando.
En la actualidad, la firma cuenta con seis plantas industriales, cuatro centros de distribución y alrededor de 1.900 empleados. Posee más de 15 marcas y exporta sus productos a aproximadamente 20 países en los cinco continentes.