La Justicia de Córdoba emitió una sentencia inédita en un caso de filiación que resonó en la sociedad argentina: Carlos “La Mona” Jiménez fue condenado a un resarcimiento económico millonario en favor de Natalia Jiménez Rufino, su hija no reconocida. El fallo, emitido este martes, reconoce el lazo biológico y el derecho de la mujer a la reparación por los daños sufridos.
LA MONA JIMÉNEZ PERDIÓ UN JUICIO MILLONARIO CON SU HIJA NO RECONOCIDA
Según el dictamen judicial de la causa N°129, el artista deberá abonar la suma de 92.213.040 de pesos, cifra que comprende tanto daño moral como patrimonial por pérdida de chance pasada. Este dinero representa una reparación simbólica por los años de abandono y dolor que Natalia padeció.
La historia de la joven comenzó cuando tenía apenas ocho años. En ese entonces, su abuela le reveló que el célebre cantante era su padre biológico. A pesar de esto, Natalia convivió con la indiferencia del cuartetero y su entorno familiar, quienes, según sus palabras, la “ningunearon” constantemente.
La mujer perseveró en su búsqueda de reconocimiento, logrando obtener su DNI como hija legítima del intérprete luego de prolongadas esperas. Un estudio de ADN realizado en 2015 confirmó la paternidad, pero incluso entonces, el artista intentó condicionar el reconocimiento a una renuncia de sus derechos económicos, lo cual Natalia rechazó. El abogado de Natalia, Alberto Domínguez, quien también fue letrado de Diego Maradona Jr., señaló que este caso sirvió de inspiración para su defendida, quien observó la lucha por el reconocimiento en la televisión.
Tras conocer la sentencia, Natalia expresó su sorpresa y una profunda emoción. “Hoy me dijeron que la verdad te libera, y creo que es así”, afirmó con lágrimas, añadiendo que no inventó algo y que todo el sufrimiento que atravesó finalmente “llegó a su fin”. Aunque el fallo es un logro enorme, aún quedan dos instancias de apelación, y los abogados de Natalia creen que será difícil revertirlo.
Domínguez manifestó que están preparados para todas las instancias y que incluso investigaron cómo el artista habría “bifurcado” sus bienes en diversas sociedades para eludir responsabilidades. De ser necesario, planean embargar sus shows y taquillas para asegurar el pago del resarcimiento.
A pesar de la contundencia judicial, Natalia mantiene el anhelo de una conversación personal con su padre, un deseo humano que, según ella, su entorno cercano le ha impedido concretar.