Ascendió con Instituto en 2022, y el amor fue mutuo. En Alta Córdoba lo recuerdan con aprecio, y él se volvió hincha. Al punto de ir a la tribuna a alentar al equipo. Ahora Sebastián Corda tiene nuevo club, pero sigue muy identificado con la Gloria.
En su regreso de Bosnia, donde cumplió el sueño de jugar en Europa, el lateral izquierdo se sumó como refuerzo a San Miguel, dirigido por Gustavo Coleoni, y en el reencuentro con otro integrante de aquel plantel del ascenso, el “Vikingo” Ezequiel Parnisari.

“Fui una linda locura ir a alentar a Instituto a la tribuna... Yo le había dicho que quería ir a tocar el bombo. No lo podía hacer cuando era jugador del club, por respeto. Y esa vez, por Copa Argentina en Caseros, y fui para vivirlo como un hincha más”, repasó Corda sobre la ocurrencia de mezclarse con la parcialidad Albirroja, en lo que fue victoria por 3 a 1 sobre Deportivo Madryn.

En una charla con Tercer Tiempo por Radio Sucesos, comentó que también fue al cruce con Argentinos Juniors, por octavos de final del Apertura. Camuflado como neutral, porque del otro lado estaba uno de sus amigos del fútbol, Santiago Rodríguez.
“Fue lindo vivirlo de esa manera. Porque no me pude despedir de la gente en cancha como me hubiese gustado, y esta fue una manera de volver a estar con los hinchas. Al principio no me reconocían, porque estaba con lentes y gorro. Cuando lo hicieron me hicieron sentir como uno más", recordó la experiencia.
“Instituto es algo muy grande para mí. Jamás imaginé vivir todo lo que pasamos. Me encariñé con el club y las veces que pueda ir a acompañarlo, iré. Fui en silencio ante Argentinos, Independiente, River... y seguiré alentando al club”, puso la firma.
EL SENTIMIENTO POR INSTITUTO
“Tengo dos partidos con Instituto que recuerdo mucho, más allá del ascenso. Uno ante Temperley, cuando tiraron las bengalas... fue una locura, tenía ganas de subirme al alambrado. Y también cuando le ganamos a Belgrano en el Kempes”, rememoró Corda.

Ahora encara otra aventura por el ascenso, con un San Miguel que se armó para ser protagonista en la Primera Nacional. Con 29 años, regresó de un paso por el HŠK Zrinjski Mostar de la Liga Premier de Bosnia y Herzegovina.

“Me recibieron muy bien en San Miguel, el Sapito Coleoni habló bien de mí, y el Vikingo Parnisari se puso contento por el reencuentro. Y de entrada nos llevamos bien con Bruno Nasta. Ahora estoy bien, después de meses muy duros por cuestiones personales y futbolísticas", recapituló.