La provincia de Córdoba fue escenario de un doble femicidio que culminó con el arresto del principal sospechoso, identificado como Pablo Laurta. Las víctimas fueron Luna Giardina, de 24 años, y su madre, Mariel Zamudio, de 50. Los vecinos relataron el calvario que vivían las mujeres.
El relato de los vecinos de las víctimas de femicidio: “Luna nos pedía las cámaras”
El hallazgo de los cuerpos se produjo luego de momentos de gran dramatismo y preocupación en la zona. Un vecino contó el instante en que detectaron el crimen. Las autoridades se habían presentado en el lugar tras registrar la desactivación del botón antipánico que poseía Luna. Este testigo intentó comunicarse telefónicamente con ambas mujeres, pero los dispositivos daban apagados.
Pese a la falta de respuesta en las llamadas, los oficiales inicialmente se retiraron sin ingresar al domicilio. Fue entonces cuando el hombre comentó a otro vecino que había percibido una detonación, mientras que su primo aseguró haber escuchado dos explosiones y haber visto al agresor retirarse con el niño. Ante la persistencia de la ausencia de señales, los vecinos alertaron nuevamente a la Policía, quienes al entrar a la morada descubrieron la terrible escena.
Los vecinos describieron que la situación de violencia de género que padecían las víctimas era conocida en el entorno. Recordaron el calvario: el hombre uruguayo intentó treparse varias veces por las paredes de la propiedad. Incluso, un testigo recordó que en otra ocasión el individuo se había escondido durante tres días en el tanque de agua de la casa, ocasión en que fue detenido. “Luna nos pedía siempre las cámaras, estaba alerta”, contó otra vecina.
Otra vecina de las víctimas, dio a conocer los mensajes que recibía por parte de Laurta. El primer contacto fue en marzo, siete meses antes del ataque. En ese momento, el hombre buscaba información sobre su hijo y se mostraba preocupado por el conflicto judicial con Luna.
“Buen día, Laura, ¿cómo estás? ¿Has tenido alguna noticia de Pedro? ¿Cómo lo has visto? La situación nos tiene a toda la familia paterna, abuelos y padrino, en vilo por no saber nada de él, luego de que Luna, después de incomunicarlo, reclamara dinero como condición para dejar verlo o recibir noticias. Por eso, lo que sepas y te sientas cómoda de contarme, te lo agradezco”, escribió el uruguayo. Poco después, Laurta volvió a escribirle, esta vez, con un tono más agresivo: “Aprovecho para avisarte que Luna te involucró indirectamente en una presentación que hizo en un juzgado, alegando que te mandé audios insinuando que me voy a llevar a Pedro por la fuerza”.
En los siguientes mensajes, que ocurrieron hasta agosto de 2025, Laurta trató de “mentirosa” a Luna y trataba de mostrarse empático con la vecina, quien trató de mantener distancia con el hombre, ya que conocía los antecedentes de violencia que había vivido Luna.