Pablo Gil Michelin es un joven cordobés que con tan solo 22 años participó en el Mundial de la Pizza en Nápoles, Italia. Pero no solo dijo presente, sino que volvió a casa con la medalla de bronce gracias a una de sus preparaciones.
La historia del joven cordobés que estuvo en el Mundial de la Pizza en Italia
El pizzero, o pizzaiolo como se dice en tierras italianas, nació en la localidad de Laborde, a 265 kilómetros al sur de Córdoba Capital. En diálogo con Vía Córdoba, Pablo se define como un amante de la cocina, pero un apasionado de la preparación con harina, salsa y queso.
Todo comenzó gracias a Pablo Gil, su padre, quien también es experto gastronómico especializado en la pizza. “Lo veía entrenar para los mundiales, hacía travesuras y poco a poco me fui metiendo en este mundo", rememoró. El mayor de los Gil se dedica más que nada a las acrobacias con la masa. Pero a Pablo siempre le interesó más el lado de la preparación de la comida.
De Laborde a Córdoba Capital
El joven trabajó en pizzerías en Laborde desde muy pequeño y agarró experiencia rápidamente. Con su primer campeonato sudamericano en el bolsillo, pensó “esto es lo mío” y empezó a planificar planes para el futuro.

Con esa premisa se mudó a la ciudad de Córdoba en 2021, donde imaginó crecer más rápido por la cantidad de comensales, locales gastronómicos y oportunidades. Y no se equivocó porque dos años más tarde entró a Luco.
De Córdoba Capital a Nápoles
La firma gastronómica lo contactó para mejorar su pizza y su marca. “Creamos un nuevo estilo y forma y se formó Luco”, analizó quien ingresó como cocinero y, ahora, es administrador del restaurante ubicado en barrio Nueva Córdoba.
Los dueños del emprendimiento lo “acompañaron en la locura”, según describió, y se subieron a la ola para participar en el Campeonato Mundial. Si bien hay cientos de competencias y la más destacada es la de Parma, Pablo quería asistir a Nápoles porque “es la cuna de la pizza”.
Cómo fue la experiencia del joven cordobés en el Mundial de la Pizza
El Mundial de la Pizza se desarrolló entre el 3 y el 5 de junio en la ciudad que tiene un toque argentino gracias a Diego Armando Maradona. Pablo participó en las categorías: pizza in teglia, pizza clásica, pizza de las naciones y acrobacias.
La primera es una preparación con forma cuadrada, y al molde alta, similar a la de Buenos Aires, pero más aireada y esponjosa. La segunda es la histórica. Mientras que, la tercera es una oportunidad para representar a un país.
La primera jornada del cordobés fue un estudio de campo ya que no participó y se enfocó en ver “cómo era la movida”, según contó con emoción. Ya en la segunda jornada de laboratorio, preparó sus masas y compró los ingredientes para competir en cada división.
Más de 500 cocineros de 21 países probaban y adquirían los alimentos en supermercados locales. La competencia estableció las reglas, pero los participantes podían crear y combinar con los productos que eran de su agrado.
Si bien el jurado contemplaba diferentes criterios en función de la categoría, Pablo enumeró los que estuvieron presentes en todas las evaluaciones: “Los procesos de la masa, la cocción, el aire en ella, detalles a la hora de trabajar, la presentación y los ingredientes“.
En este sentido, Pablo reconoció que en las primeras dos competiciones no consiguió tan buenos resultados por mantener su esencia. "Creo que haber presentado una pizza muy compleja me jugó en contra ante un jurado que miraba con buenos ojos lo simple", dijo entre risas.
Para pizza in teglia, elaboró una preparación con crema de zucchini, fior di latte, queso parmesano, mortadela con pistacho, stracciatella, pistacho y aceto balsámico. Y en la clásica, otra con crema de zapallo, parmesano, fior di latte, jamón crudo, nueces, miel picante y albahaca.
Qué tiene la pizza argentina que ganó en el Mundial de la Pizza en Italia
Pero en su tercer día de competencia se coronó en la categoría pizza de las naciones. Junto a su padre, elaboraron una con fior di latte, parmesano, cebolla morada, panceta arrollada, provolina ahumada y albahaca “Sin salsa, una locura”, focalizó.
Si bien parece algo complejo y pensado, fue una especie de “tiro al aire”. “Nos avisaron minutos antes de salir con mi papá e inventamos con lo que conseguimos en el super y en base a lo que nos había gustado”, rememoró.
Ambos probaron todos los productos de un supermercado especializado en quesos para conseguir los mejores ingredientes. Al final de la competencia, los expertos los felicitaron por haber horneado una de las mejores pizzas del torneo.
Finalmente, regresaron a Córdoba con la medalla de bronce. “Lloré todo, salí y se me vino el mundo abajo. Desde chico lo vi y lo seguí. Pensé en participar con 30 y conseguí podio con 22. Viví muchas emociones, muchos miedos, pero siempre con el sueño de representar al país de la mejor manera”, recordó emocionado.
Ya en una de las mesas en Nueva Córdoba con el trofeo en mano, Pablo describió su pasión por la pizza: “Representa mi historia más que otra cosa. La cocina en general me encanta, pero me vuelvo loco por esto. No quería volver de Italia porque comía una todos los días”, indicó.
Ahora, él y su padre están evaluando en viajar a Las Vegas u otro campeonato de Italia. Por último, reconoció que el ingrediente más importante en una pizza es “el amor” y opinó: “Hay que saber disfrutar de todos los estilos. Clásica, napolitana, Buenos Aires... en lo personal, la que más me gusta es la cocinada a la piedra”.