Con su temperamento, su fuerte carácter, su lengua filosa y su filtro cero, Aníbal Pachano nunca pasa inadvertido. Es esa fuerza y presencia “ruidosa” lo que lo empuja también a ser un verdadero emblema del “querer vivir”.
A lo largo de su historia transitó muchas situaciones de salud complejas, pero nunca se rindió. Hoy, el cáncer vuelve a poner a prueba su fuerza y él, una vez más, le hace frente. En esta oportunidad, empujado por algo más: la felicidad de estar a nada de convertirse en abuelo por primera vez.
“Tengo cáncer de pulmón, con metástasis en el cerebro pero el pulmón sigue disparando. Se disparó ahora otra vez y me di cuenta porque me caí en la calle: me pegué un porrazo, me hicieron una tomografía y una resonancia y ahí saltó que había un punto arriba del riñón", contó en diálogo con Pronto.
“Ahora estoy en recuperación, ocupándome. Desde marzo que vengo así, con quilombos”, dijo.
“No me imaginé que se iba a disparar así”
Sobre cómo fue el proceso que afrontó en los últimos meses contó: “Me hice sacar la vesícula, limpiar el hígado, ver la grasa del cuerpo. Para todo eso, Fleni me derivó a la Fundación Favaloro, al doctor Barros Schelotto, hermano de los futbolistas y que es un capo total. Me operaron, me recuperé y se niveló la diabetes, cosa rarísima. Pero al mes teníamos que empezar la primera quimioterapia y en una tomografía de rutina descubrieron que se había disparado al hígado eso que me habían operado”.
Y siguió: “Como tenía que entrar a las quimio, iban a atacar las dos cosas a la vez: suprarrenal e hígado. Y así estamos, en ese proceso. Ahora ya terminé la tercera quimio y en unos días me hago la cuarta. A veces me tumba, a veces me da más sueño, o estoy con menos ganas de salir. No tengo tanta hambre muchas veces y hay momentos en que me comería todo”.
“Estoy controlado y voy rumbo a la cuarta quimio. Pensás mucho porque no me imaginé que iba a disparar para el lugar que disparó el cáncer", indicó.
También reconoció que la noticia del embarazo de su hija Sofía fue impactante, porque se dio en medio de un escenario complejo en cuanto a su salud. “En medio de todo el quilombo, nos enteramos de que venía un bebé en camino. Fue una alegría maravillosa, pero justo antes del estudio final previo al diagnóstico”, recordó. Y aseguró: “Lloré, porque es fuerte. Es tu única hija y que de golpe te diga: ‘Vas a ser abuelo’”. Un baldazo hermoso".
