Anabel Cherubito siempre vivió con un pie en cada orilla. Nació en Argentina, fue concebida en Chile, creció en España y volvió a nuestro país para hacer carrera en los medios. Pero el año pasado, la actriz decidió cerrar un ciclo.
“Hace mucho que estábamos fantaseando con irnos”, confesó en diálogo con Pronto. La excusa era simple y poderosa: buscar un entorno más calmo para criar a su hija Simona, fruto de su relación con el exfutbolista y actual terapeuta de medicina china, Luciano Álvarez.

Y así lo hizo. Junto a su familia, se instaló en Elviria, un pequeño pueblo a diez minutos de Marbella. Desde allí, entre montañas y con vista al mar, Anabel vive una nueva etapa. “Me pasó algo muy raro para mí porque no me lo esperaba, pero sentí inmediatamente que había vuelto a mi lugar”, dijo sobre su regreso a tierras españolas.
Anabel Cherubito habló sobre su nueva vida en España
Anabel empezó su carrera en la Argentina como notera del ciclo Atorrantes, donde rápidamente se ganó el apodo de “la Gallega”. Con el tiempo, su talento la llevó a brillar como actriz en televisión, cine, teatro y radio. En pareja desde 2013 con Álvarez, juntos decidieron cambiar el ruido por la calma.

La mudanza fue más fluida de lo que esperaban. “El lugar es hermoso, súper tranquilo. No hay ni semáforos, todo es calma. Se escuchan los pájaros”, contó con una sonrisa. Su hija va a una escuela pública “hermosa, en medio de la montaña”, donde se mezcla con chicos de todo el mundo.
Aunque dejó de dar clases de yoga, Anabel ya planea nuevos desafíos: “Me gusta mucho la idea de dar clases de teatro. Me ofrecieron una sala, así que es muy probable que el año que viene empiece. En mis clases voy a incluir todo lo que sé: teatro, yoga, autoconocimiento”.

También está escribiendo una comedia que fue seleccionada para presentarse en Cannes e Italia y se prepara para montar en España su obra Ser Ellas, un encuentro imaginario entre Eva Perón, Frida Kahlo y Simone de Beauvoir, escrita por Erika Halvorsen.
Con humildad, Anabel reconoce que ya no es reconocida en las calles como lo era en Buenos Aires, pero eso no la incomoda: “Nunca fue lo que yo busqué. No sufrí ser famosa, pero tampoco sufro no serlo. Para nada”.