Marius Borg Høiby, de 28 años y único hijo de la princesa heredera de Noruega, Mette‑Marit, fue imputado esta semana por un total de 32 delitos graves. Entre ellos se cuentan cuatro violaciones, violencia de género, amenazas de muerte, daños, grabaciones no consentidas y violación de órdenes de restricción.
La vida personal de Marius Borg ha estado en medio de de controversia desde su adolescencia. Hijo de Mette-Marit y de Morten Borg, un hombre con antecedentes de violencia y drogas, el joven fue criado en el entorno de la realeza, tras el matrimonio de su madre con el príncipe heredero Haakon.
Aunque no tiene funciones oficiales dentro de la Casa Real, su figura siempre atrajo la atención y estuvo rodeada de escándalos mediáticos. Ahora, la Justicia deberá decidir si es culpable de múltiples delitos, entre ellos varias denuncias por abuso sexual.
El fiscal responsable del caso, Sturla Henriksbø, advirtió que la pena podría alcanzar los 10 años de prisión. También destacó que el vínculo con la realeza no implicará trato diferencial ante la justicia.

¿De qué se le acusa a Marius Borg?
El joven enfrenta cargos que abarcan hechos ocurridos entre 2018 y 2024, incluyendo episodios pese a que ya estaba bajo investigación. Entre los delitos figuran lesiones, agresiones sexuales, grabaciones íntimas sin consentimiento, amenazas y desórdenes públicos.

Según fuentes oficiales, el juicio podría arrancar en enero de 2026 y prolongarse unas seis semanas. Su abogado, Petar Sekulic, aclaró que Borg niega las acusaciones más graves, como las violaciones y la violencia, aunque estaría dispuesto a reconocer delitos menores.
El príncipe heredero Haakon calificó el caso como “desafiante y difícil”, y enfatizó que el tema debe dirimirse únicamente en tribunales. Aseguró que la familia real continuará con sus funciones habituales. La Casa Real, en tanto, se expresó con un breve comunicado: “Es un asunto para las cortes y no agregamos nada más”.

Este proceso marca un capítulo sin precedentes en la monarquía noruega: por primera vez, un hijo de la heredera al trono enfrenta un juicio por delitos tan graves. El caso expone la tensión entre el linaje real y la fuerza del sistema judicial en terreno nórdico.