Desde que oficializó su relación con Celeste Cid, Santiago Korovsky no deja de despertar curiosidad. En enero, con una sola frase, desató el revuelo en redes: “El segundo robo del siglo”, escribió junto a una imagen en sombras. Y no tardó en convertirse en meme, en chiste de supermercado, y en un nuevo capítulo romántico del mundo del espectáculo argentino.
En una reciente entrevista, el creador y protagonista de División Palermo se animó a contar cómo fue el comienzo de su historia con la actriz. “Nos conocimos en una entrega de premios a la distancia. Ella estaba por Planners y yo por División Palermo”, contó. “Me felicitó por chat y varios meses después volvimos a chatear”.

Celeste Cid y Korovsky: del match virtual a la cita sin celular
La chispa entre ellos no fue inmediata. Santiago reveló que una década antes le había respondido una story a Celeste en Facebook, sin respuesta. Pero años después, fue ella quien retomó el contacto y, esta vez, funcionó.
El actor confesó que, para la primera cita, tomaron una decisión arriesgada: salir sin celular. “Somos adictos al celular y decidimos encontrarnos un día, pero sin llevarlos. Los dejamos en nuestras casas”, explicó. Y aunque suene romántico, también fue una odisea. “Fue difícil porque es una ansiedad… ¿Esta persona va a estar ahí en ese momento? ¿En ese lugar? ¿En esa esquina?”, recordó entre risas.

La cita se volvió aún más complicada cuando se dieron cuenta de que no podían ver el menú, porque todo venía por QR. “Nos costaba hasta pedir”, contó, dejando claro que el romanticismo moderno tiene sus desafíos tecnológicos.
Korovsky, sin filtro y con honestidad, también habló sobre lo que siente al estar con una figura como Celeste. “La belleza de ella es impactante. Me da vergüenza. Pero sí, la mirás y decís: claro, es mucho. Pero es muy graciosa también, y muy genia”.

Tan especial fue ese primer encuentro que, cuando cumplieron un año, intentaron recrearlo. Pero ya estaban conviviendo, así que el actor resolvió mandar su celular, computadora y pertenencias ¡en un Uber! “Confié en el Uber de una forma insólita”, cerró, fiel a su estilo.