Después de varios meses de bajo perfil, Santi Maratea volvió a ser noticia, pero no por una colecta millonaria ni una polémica en redes. Esta vez, el influencer decidió hablar sin filtros sobre una etapa difícil de su vida: su adicción al cigarrillo y el proceso de transformación que atravesó desde entonces.
A través de su cuenta de Instagram, donde lo siguen más de 3.4 millones de personas, Maratea sorprendió con una selfie en la que se lo ve visiblemente más delgado, con abdominales marcados y una actitud renovada. Pero más allá del físico, lo que llamó la atención fue su relato íntimo sobre el cambio de hábitos y las decisiones que tuvo que tomar para salir adelante.

Santi Maratea habló sobre su adicción
Lejos de las apariencias, Santi fue directo al hueso: “Yo fumaba aproximadamente entre 20 y 30 cigarrillos por día. Fumaba armado, y los que fuman saben que ese tipo de cigarrillo dura más, así que estaba todo el día con el pucho en la mano”, contó en diálogo con DDM (América TV). No se quedó ahí: habló de cómo el olor invadía todo a su alrededor —la ropa, la casa, el auto—, hasta que un día decidió cortar por lo sano.
Ese cambio le trajo consecuencias: al dejar el cigarrillo y la marihuana, su ansiedad aumentó, y con ella, el peso. “Llegué a pesar 95 kilos. Hace dos meses dije ‘me tengo que poner las pilas’... ahora peso 84, o sea, bajé 11 kilos”, relató orgulloso.
El nuevo Maratea no solo entrena y cuida su alimentación, también volvió a jugar al fútbol, su otra pasión, en Colegiales. En sus historias, mostró su día a día con humor ácido: desde jugos con limón y suplementos, hasta sándwiches hipercontrolados. “Acompáñenme a ver cómo es la alimentación en un día de un exdrogadicto que está en déficit calórico, o sea... yo”, ironizó.

Con una combinación de disciplina, humor y honestidad brutal, Santi volvió a conectar con su comunidad desde otro lugar. Más genuino, más maduro y —según él mismo— “re toro”. Porque a veces, el verdadero cambio no se ve solo en el espejo.