La alimentación basada en plantas dejó de ser solo una tendencia para instalarse como una decisión diaria en muchos hogares argentinos. Ya sea por salud, conciencia ambiental o ganas de explorar nuevos sabores, muchas personas empezaron a reemplazar las proteínas animales por versiones vegetales igual de nutritivas. Y si hay un ingrediente que viene ganando terreno en las cocinas, ese es la soja texturizada.
Elaborada a partir de harina de soja desgrasada y deshidratada, la soja texturizada es una fuente completa de proteínas vegetales. Se consigue fácilmente en dietéticas y supermercados, rinde muchísimo, y se adapta a una gran variedad de platos. Una vez hidratada, su textura se asemeja a la carne picada, lo que la convierte en una alternativa ideal para preparar desde empanadas hasta pastel de papa.

Qué beneficios tiene la soja texturizada y cómo usarla en la cocina
Uno de sus principales atributos es el sabor neutro. Esto permite condimentarla como quieras: cebolla, ajo, salsa de soja, pimentón, curry o lo que tengas a mano. Su cocción es rápida y práctica: con apenas 10 minutos de hidratación en agua caliente, está lista para saltear y usar.

Además, al tratarse de un producto seco, se conserva durante meses sin necesidad de refrigeración. Esto la vuelve una opción ideal para tener siempre en la alacena y resolver comidas nutritivas con poco esfuerzo y bajo costo.
¿Querés reemplazar la carne en una receta? Usala en:
- Empanadas: hidratá, condimentá y mezclá con vegetales.
- Tarta salada: combiná con espinaca, zapallo o cebolla caramelizada.
- Guisos o bolognesa: sumala al sofrito como si fuera carne.

Aunque no es nueva en el mundo veggie, la soja texturizada gana protagonismo entre quienes buscan cuidar su salud, comer más liviano o simplemente variar el menú sin gastar de más. Su aporte proteico, junto con el alto contenido de fibra y baja cantidad de grasas, la vuelven un comodín completo para incluir en cualquier dieta.