El azúcar es un básico en cualquier cocina, pero muchas veces se apelmaza y forma bloques duros que dificultan su uso en las preparaciones. Esto ocurre cuando se guarda en lugares húmedos o fríos, ya que el producto absorbe la humedad del ambiente.
Para evitar este problema, existe un truco casero transmitido de generación en generación que todavía sorprende por su efectividad: colocar un trozo de pan duro dentro del paquete o envase de azúcar.

El secreto detrás del pan duro
El método funciona porque el pan seco actúa como una esponja natural. Al entrar en contacto con el azúcar, absorbe el exceso de humedad presente en el recipiente y evita que se formen grumos o bloques compactos. De esta manera, el azúcar se conserva suelta, suave y lista para usar.

Lo interesante es que no importa el tipo de pan: puede ser casero, francés, de molde o integral. Lo único necesario es que esté bien seco para que cumpla su función absorbente.
Cómo aplicar el truco en tu cocina
La aplicación es muy sencilla:
- Cortá un trozo de pan que ya esté duro.
- Colocalo dentro del paquete de azúcar o en el frasco donde lo guardes.
- Cerrá bien el envase para que no entre más humedad del ambiente.
En cuestión de días, vas a notar que el azúcar vuelve a estar suelta y recupera su textura original. El pan, por su parte, se irá endureciendo todavía más hasta cumplir con su trabajo.

Este truco casero no sólo sirve para el azúcar: también puede aplicarse a otros ingredientes que suelen apelmazarse, como la sal o la yerba, siempre que se los guarde en envases cerrados. Es una de esas soluciones prácticas de cocina que, aunque simples, logran ahorrar tiempo y molestias en el día a día.