El Feng Shui, sistema milenario de origen oriental, sostiene que la forma en que organizás tu casa puede influir directamente en tu bienestar, tu energía y tu relación con la abundancia. Para atraer prosperidad, esta práctica propone armonizar cada rincón del hogar y asegurar el libre flujo del “chi”, la energía vital.
En la cultura china, la prosperidad no solo tiene que ver con el dinero, sino también con la salud, las oportunidades laborales y el equilibrio emocional. Por eso, aplicar algunos principios del Feng Shui puede ser un primer paso para mejorar tu entorno y abrir nuevas puertas.

Los secretos del Feng Shui para activar la energía de la prosperidad
Según el Feng Shui, uno de los mayores enemigos de la abundancia es el desorden. Cada objeto fuera de lugar bloquea la circulación energética, así que empezá por limpiar, ordenar y eliminar lo que ya no sirve. Si tenés cosas rotas, acumuladas o muebles que no usás, lo ideal es soltarlos.

Otro punto clave es la cocina. En esta filosofía, representa la fuente de la riqueza. Por eso, mantené los fuegos limpios y en uso, no dejes canillas perdiendo ni hornallas en mal estado. La abundancia se refleja también en cómo cuidás lo que te alimenta.
Las plantas también juegan un rol esencial. Simbolizan crecimiento, vida y expansión. Asegurate de que estén verdes, sanas y ubicadas en lugares con buena luz natural. Evitá tener plantas marchitas o secas, ya que frenan la energía positiva.
Sumá símbolos de abundancia como fuentes de agua, monedas chinas atadas con hilo rojo, y piedras como la pirita o el citrino. También podés usar colores como el dorado, el rojo y el verde, asociados a la fortuna y la estabilidad.

El equilibrio Yin-Yang también es fundamental. Combiná elementos tranquilos con objetos que generen movimiento. Permití que entre la luz natural, ubicá bien los muebles y no bloquees pasillos ni puertas.