El Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires actualizó sus recomendaciones sobre la detección temprana del cáncer de mama. Ahora, las personas de 40 a 75 años, sin antecedentes personales o familiares, tendrán que hacerse una mamografía cada dos años, por el nuevo protocolo llevado adelante por el Instituto Provincial del Cáncer.
Antes, el primer estudio estaba recomendado recién a los 50 años, por lo que esta actualización significa un cambio para prevenir o tener un diagnóstico oportuno de la enfermedad. “La decisión de indicar la primera mamografía a partir de los 40 busca aumentar las posibilidades de diagnóstico temprano, tratamiento y curación”, explicó Marina Pifano, directora del IPC.
Qué recomiendan los organismos internacionales
En el mundo, los criterios cambian según el contexto sanitario y los recursos disponibles.
- La Organización Panamericana de la Salud (OPS) sugiere que, en países con infraestructura adecuada, el tamizaje organizado con mamografía cada dos años entre los 50 y 69 años sigue siendo la estrategia principal.
- En Estados Unidos, la American Cancer Society (ACS) permite que las mujeres de 40 a 44 años opten por un control anual, mientras que de 45 a 54 años deberían hacerlo todos los años, y a partir de los 55, cada dos años o según indicación médica.
En Argentina, el Ministerio de Salud de la Nación, sigue recomendando mamografías cada uno o dos años, desde los 50 hasta los 69 años, aunque cada provincia es libre de adaptar sus protocolos según criterios epidemiológicos locales.
Por qué la detección temprana salva vidas
El cáncer de mama es el más común en mujeres, aunque puede afectar a cualquier persona. La detección temprana mejora significativamente las tasas de supervivencia, ya que puede identificar tumores en etapas iniciales y el tratamiento es más efectivo.
Entre los síntomas más comunes, los especialistas mencionan la presencia de un bulto mamario, cambios en el pezón, alteraciones en la piel (como hoyuelos o enrojecimiento) y modificaciones en el tamaño o forma de la mama. La concientización, los controles periódicos y el acceso a tratamientos avanzados son pilares esenciales para reducir la mortalidad por esta enfermedad.
