Con efecto inmediato, el gobierno de Estados Unidos impuso un nuevo requisito para quienes soliciten visas de estudiante de las categorías F, M o J —destinadas a estudiantes académicos, vocacionales o de intercambio—: deberán configurar como públicas todas sus cuentas en redes sociales. La medida, confirmada por la Embajada de Estados Unidos en la Argentina, busca facilitar los controles de identidad y evaluar la “admisibilidad” al país.
“Cada visado es una decisión de seguridad nacional”, explicó la Embajada a través de su cuenta oficial en X (ex Twitter), en línea con el enfoque de la administración de Donald Trump, que tras su regreso al poder impulsa una política migratoria más restrictiva.

Un cambio de paradigma en el control migratorio
Desde ahora, quienes quieran estudiar en EE.UU. tendrán que permitir que autoridades consulares accedan libremente a sus publicaciones, interacciones y contenidos en redes sociales como parte del análisis para otorgar o denegar la visa. El cambio transforma las plataformas digitales en una herramienta formal de verificación migratoria.
Este nuevo requisito no surge de forma aislada. En mayo de este año, Trump había ordenado suspender entrevistas y entregas de visas estudiantiles hasta que se implementara una guía oficial para revisar el historial digital de los aspirantes. Esa guía ya está en marcha.
¿A quiénes afecta y qué se sabe hasta ahora?
Las visas F, M y J son las más utilizadas por estudiantes extranjeros: solo en 2023, más de un millón de personas las tramitaron para ingresar a EE.UU. La nueva normativa podría poner a muchos en la disyuntiva de renunciar a su privacidad digital o perder la posibilidad de formarse académicamente en el país.

Por el momento, no se aclaró si el requisito regirá también para quienes ya tienen visas vigentes ni qué tipo de contenido se considerará “inadmisible”.
Educación y seguridad nacional: una frontera cada vez más difusa
El endurecimiento de las condiciones para ingresar a EE.UU. como estudiante coincide con un clima tenso en las universidades del país. A comienzos de año, Harvard prohibió la inscripción de estudiantes e investigadores internacionales en ciertos cursos, en una decisión que generó polémica global.
Desde la Casa Blanca argumentan que algunos alumnos internacionales podrían suponer un riesgo para la seguridad nacional, especialmente tras las protestas universitarias relacionadas con el conflicto en Gaza. En ese contexto, se acusó a estudiantes y profesores de posturas consideradas hostiles hacia Israel o las comunidades judías, lo que fue usado como justificación para profundizar los controles.

Preocupación por la privacidad y la libertad de expresión
Diversos organismos de derechos civiles y asociaciones académicas expresaron su inquietud ante esta nueva política, advirtiendo que podría vulnerar derechos fundamentales. Según sostienen, condicionar el acceso a la educación superior al contenido de las redes sociales representa una amenaza a la privacidad digital y a la libertad de expresión.