Con la llegada del frío, muchas familias argentinas recurren a las estufas eléctricas para calentar sus hogares. Sin embargo, un error muy frecuente en su uso puede hacerte gastar mucho más en tu factura de electricidad sin darte cuenta.
Subir la estufa a más de 24 °C, un gasto innecesario y peligroso
Según advirtió recientemente el sitio HuffPost España, ajustar la temperatura por encima de los 24 °C puede incrementar el consumo energético en un 7% por cada grado adicional. Esto no solo encarece la factura mensual, sino que también puede afectar la salud, generando sequedad ambiental y molestias respiratorias.

El frío no se combate solo con calor: el aislamiento importa
Otro error común es usar la estufa en ambientes mal aislados. Según el Ministerio para la Transición Ecológica de España (MITECO), hasta el 30% del calor se puede perder por ventanas, puertas y techos mal aislados. En consecuencia, la estufa trabaja más tiempo y a mayor potencia, lo que impacta directamente en el consumo eléctrico.
En Argentina, muchas viviendas no cuentan con un buen aislamiento térmico. Una solución económica es usar burletes o cintas aislantes, que se consiguen fácilmente en ferreterías o tiendas de mejoramiento del hogar.
Dejar la estufa encendida toda la noche, otro error costoso
Dormir con la estufa eléctrica encendida puede parecer cómodo, pero es uno de los hábitos que más aumentan la factura. Además de representar un riesgo de incendio, consumirás energía durante 6 a 8 horas sin necesidad real, especialmente si estás abrigado y cubierto.

Según recomendaciones del portal especializado Leroy Merlin España, lo más recomendable es apagar la estufa antes de dormir o programarla con un temporizador.
Consejos prácticos para ahorrar en casa
- Mantené la temperatura entre 20 y 21 °C durante el día y 16-17 °C durante la noche.
- Vestite con ropa térmica y usá mantas para no depender tanto de la calefacción.
- Aprovechá el sol abriendo las cortinas durante el día.
- Cerrá las puertas de los ambientes que no estés usando.
- Revisá tu factura de luz y analizá si la potencia contratada se ajusta a tu consumo.
Subir la temperatura de la estufa eléctrica más allá de lo recomendado, usarla sin revisar el aislamiento del hogar o dejarla encendida toda la noche son errores que pueden inflar tu boleta de luz sin que lo notes. Con pequeños cambios de hábito y algo de conciencia energética, podés lograr un invierno más cálido, seguro y económico.