Una profunda ola de dolor y consternación recorre la provincia de Tucumán tras la confirmación de la muerte de Zoe Robledo, la nena de siete años que había sido alcanzada por una bala en la cabeza mientras jugaba en el patio de su casa. La noticia provocó un inmediato impacto en la comunidad, que seguía de cerca su estado de salud desde el jueves.
El trágico final se produjo en el Hospital de Niños, donde Zoe permanecía internada con asistencia respiratoria mecánica y un cuadro extremadamente crítico desde su ingreso. Los médicos habían advertido que su pronóstico era reservado debido a la gravedad de la herida, y pese a los esfuerzos del personal sanitario, la niña no logró sobrevivir.
El ataque ocurrió cerca de las 16:30 del jueves en la calle Ricardo Rojas Primera, cuando la menor jugaba con su bicicleta junto a otros chicos del barrio. Según los primeros testimonios, un grupo de delincuentes, serían cuatro personas, llegó a la zona y uno de ellos comenzó a disparar sin ningún tipo de control contra la fachada de la vivienda familiar. De acuerdo con los testigos, otro de los agresores incluso registró la brutal escena con su teléfono celular.

Una de las balas impactó de lleno en la frente de Zoe. Su familia reaccionó de inmediato y la trasladó a la policlínica de San Cayetano, desde donde, ante la gravedad del cuadro, fue derivada con urgencia al Hospital de Niños. A pesar de la rápida atención y de todos los intentos del equipo médico por revertir la situación, la lesión resultó irreversible.
Por el crimen hay cuatro detenidos: dos adolescentes de 15 y 16 años y dos jóvenes de 18 y 19. La tía de la víctima aseguró que el ataque estaría relacionado con un conflicto previo entre los agresores y allegados de la madre de la niña. También afirmó que los delincuentes habrían ido “directamente a dispararle”, lo que agravó aún más la indignación de la familia.
El duro relato de la tía de Zoe sobre la tragedia
“Esto ya pasó antes. Es la cuarta vez que lo hacen. Cada vez que fuimos a poner la denuncia, nunca actuaron. A la mamá incluso le pidieron un testigo para poder denunciar. Si hubiesen actuado antes, esto no hubiese pasado”, expresó la mujer con evidente dolor.

Mientras la investigación avanza y la comunidad exige respuestas, el cuerpo de Zoe será velado este sábado en la casa de su abuela, en medio de un clima de angustia e impotencia que envuelve a todo el barrio.

































