La historia de Laura Dawson, madre de dos hijos y residente del Reino Unido, se convirtió en una triste advertencia sobre la importancia de escuchar al cuerpo y consultar a tiempo al médico. Laura falleció con tan solo 44 años, 15 meses después de ser diagnosticada con cáncer de colon, una enfermedad que inicialmente confundió con síntomas propios de la premenopausia.
Según relató su esposo, Ben Dawson, durante varios meses Laura se sintió fatigada, con el estómago hinchado y algo desganada. Sin embargo, atribuyó estos malestares a cambios hormonales normales de su edad, postergando una consulta médica que pudo haber marcado la diferencia.
Una urgencia inesperada
Todo cambió una noche de marzo del año pasado, cuando el dolor abdominal se intensificó a tal punto que Laura “no podía moverse”. Fue trasladada de urgencia al hospital, donde debió ser operada por una obstrucción intestinal. Tras la intervención, una biopsia reveló el diagnóstico: cáncer de colon avanzado.
De inmediato, inició un tratamiento intensivo de quimioterapia. Durante los primeros meses, los estudios parecían alentadores. “Tuvimos una ecografía normal en agosto y todo parecía prometedor”, recordó su esposo. Sin embargo, solo un mes después, en septiembre, la enfermedad regresó y ya se había propagado.
Una decisión valiente
A pesar de probar nuevas opciones terapéuticas, el cuerpo de Laura no respondía bien y su calidad de vida se deterioraba. Dos meses antes de morir, tomó una decisión difícil: interrumpir los tratamientos y dedicar sus últimos días a estar junto a su familia y amigos.
Laura pasó sus últimas semanas en el St. Christopher’s Hospice, donde falleció acompañada de sus seres queridos. Su familia, desde entonces, se ha comprometido a visibilizar la importancia de prestar atención a síntomas que muchas veces se minimizan.
¿Cuáles son los síntomas del cáncer de colon?
El caso de Laura pone el foco en una enfermedad que, detectada a tiempo, puede tratarse con éxito. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:
- Cambio en los hábitos intestinales: diarrea, estreñimiento o sensación de evacuación incompleta que dura más de unas semanas
- Sangre en las heces: puede ser sangre roja o heces de color muy oscuro o negras
- Dolor abdominal persistente: cólicos, gases, hinchazón o molestias que no desaparecen
- Pérdida de peso sin causa aparente
- Fatiga constante o debilidad
- Sensación de que el intestino no se vacía completamente
- Heces más delgadas de lo normal (tipo lápiz)
- Pérdida del apetito
- Anemia (por pérdida de sangre oculta)
- Náuseas o vómitos