Compró un Topo Gigio en una feria solidaria para su hijo y terminó viviendo una pesadilla

Lo que parecía un juguete inofensivo se convirtió en una historia de terror para esta mujer en Salta.

Compró un Topo Gigio en una feria solidaria para su hijo y terminó viviendo una pesadilla
¿Un Topo Gigio poseído? La historia que tiene en vilo a Salta.

Lo que comenzó como un gesto de amor terminó convirtiéndose en una pesadilla. Una mujer de Salta denunció haber comprado un muñeco del Topo Gigio en una feria solidaria… sin saber que llevaría el horror a su casa. El relato, difundido por el usuario Maxi Zelaya en Facebook, estremeció a miles de personas y abrió un debate en redes: ¿puede un objeto estar maldito?

Un hallazgo “inofensivo” en una feria

Todo empezó en la Feria de la Solidaridad, en la zona sur de la ciudad de Salta. La mujer —madre de cuatro hijos, uno de ellos bebé— encontró un muñeco del popular personaje infantil Topo Gigio y decidió llevárselo para decorar la habitación de los chicos. Pero desde la primera noche, los ruidos extraños, las sombras y los movimientos inexplicables convirtieron su hogar en un escenario de terror.

Compró un Topo Gigio en una feria solidaria para su hijo y terminó viviendo una pesadilla
Compró un Topo Gigio en una feria solidaria para su hijo y terminó viviendo una pesadilla

Según el relato, el muñeco apareció sentado en la cabecera de la cama del bebé, aunque la madre aseguraba haberlo dejado en otro lugar. A partir de ese momento, nada volvió a ser normal.

Animales muertos, olor a podredumbre y pesadillas

El primer hecho perturbador fue la muerte del perro familiar, que apareció con marcas profundas en el cuello.

Luego, la gata desapareció sin dejar rastro. La casa se llenó de un olor fétido y una humedad que no podía explicarse.

Compró un Topo Gigio en una feria solidaria para su hijo y terminó viviendo una pesadilla
Compró un Topo Gigio en una feria solidaria para su hijo y terminó viviendo una pesadilla

Las noches eran aún peores: la mujer comenzó a tener pesadillas diabólicas donde el Topo Gigio se transformaba en una criatura con garras y ojos rojos. “Se despertaba empapada en sudor y con el corazón latiendo con fuerza”, narró Zelaya.

El muñeco regresaba solo

Desesperada, la madre pidió ayuda a una vecina, quien la puso en contacto con un sacerdote para bendecir la casa. El muñeco fue retirado, pero al día siguiente apareció otra vez... en la mesa de la cocina, como si nunca se hubiese ido.

La hija mayor también fue testigo de fenómenos escalofriantes: susurros, risas sin origen y una figura inhumana que las dejó paralizadas.

El bebé, la víctima final

La situación llegó al límite cuando el bebé comenzó a llorar desconsoladamente cada madrugada. Una noche, la madre descubrió marcas rojas y profundas en su cuello y brazos. Lo llevó al hospital, pero los médicos no encontraron causa alguna. A pesar del diagnóstico de buena salud, las marcas persistían... y el llanto no cesaba.