Un hallazgo inesperado sacudió a los vecinos del barrio de Coghlan y rápidamente se volvió viral en las redes sociales: en la casa donde vivió Gustavo Cerati, obreros encontraron restos óseos humanos mientras realizaban una demolición.
La vivienda está ubicada en el barrio porteño de Coghlan, en la avenida Congreso al 3700. El músico vivió allí entre el 2001 y el 2003, luego de habérsela alquilado a Marina Olmi, hermana del actor Boy Olmi.

El caso es viral en las redes sociales
La noticia fue suficiente para encender la imaginación colectiva. En redes sociales, muchos recordaron algunas de las letras más oscuras de Cerati —como “Crimen” o “Rapto”— y comenzaron a circular teorías y especulaciones tan extravagantes como inquietantes.
Algunos usuarios, con tono irónico o genuinamente intrigados, han creado videos con las letras de las canciones, especialmente con “Entre Caníbales”.
Aunque la policía investiga el caso con total seriedad y aún no se confirmó la antigüedad ni el contexto de los restos hallados, el cruce entre arte y realidad volvió a tomar protagonismo.
La canción “Crimen”, incluida en el disco Ahí Vamos (2006), también fue la más citada en redes, con frases como “otro crímen quedará sin resolver”.
Cerati, célebre por su poesía críptica y su imaginario simbólico, siempre jugó con lo etéreo, lo corporal y lo emocional desde una profundidad que admitía múltiples interpretaciones. Sin embargo, no existen indicios de que el músico tuviera relación alguna con lo encontrado ni con hechos delictivos. El hallazgo simplemente ocurrió en una casa que alguna vez fue suya, lo cual bastó para generar contenido en redes sociales.
Mientras los peritajes avanzan y se intenta establecer si los huesos pertenecen a una antigua tumba clandestina o algún otro tipo de situación histórica, el episodio deja en evidencia cómo las figuras del rock argentino siguen generando mitología incluso muchos años después de su partida.