Santino, el niño misionero internado en Singapur, venció la leucemia

Con apenas 7 años, Santino logró superar una leucemia linfoblástica aguda tipo B. Su recuperación fue confirmada por estudios recientes y se considera un hecho extraordinario en la medicina pediátrica.

Santino, el niño misionero internado en Singapur, venció la leucemia
Santino, el niño misionero internado en Singapur, venció la leucemia.

Santino, el niño misionero de 7 años, se convirtió en símbolo de lucha y esperanza luego de vencer una leucemia linfoblástica aguda tipo B de alto riesgo, tras haber atravesado múltiples recaídas y tratamientos fallidos desde que fue diagnosticado a los 3 años.

Su recuperación fue confirmada en las últimas semanas, cuando estudios médicos demostraron que no quedan rastros detectables de la enfermedad en su organismo. Parte de su tratamiento incluyó terapias de vanguardia realizadas en Singapur, que le permitieron alcanzar lo que en medicina se denomina una médula “negativa para enfermedad”, una condición muy poco frecuente en pacientes con este historial.

De acuerdo con publicaciones especializadas, como The Lancet y Blood, la leucemia infantil alcanza tasas de curación de hasta el 90% en los tratamientos iniciales. Sin embargo, esa cifra se reduce drásticamente en casos de resistencia o recaídas múltiples, donde las posibilidades de curación descienden a menos del 10%. En este contexto, el desenlace favorable de Santino representa una respuesta clínica excepcional.

Expertos internacionales advierten que la resistencia a la quimioterapia y las recaídas sucesivas siguen siendo “un desafío aún no resuelto” en oncología pediátrica. Las terapias celulares y estrategias innovadoras, como las que recibió el niño misionero, se consolidan como herramientas clave para cambiar el pronóstico en pacientes de alto riesgo.

El caso de Santino no solo conmueve por su valor humano, sino que también evidencia cómo la ciencia y la cooperación internacional pueden ofrecer nuevas oportunidades en escenarios donde hasta hace pocos años casi no existía esperanza.