En Rosario, un joven emprendedor convirtió un problema del potrero en una oportunidad innovadora. Tomás Machuca tenía solo 17 años cuando cortó un balde de su casa para hacer una canillera cuando no tenía plata para comprar una. Así nació Fenikks, un proyecto que hoy recicla toneladas de plástico y llegó al mejor del mundo: Lionel Messi.
El proceso es artesanal y ecológico: recolecta tapitas de plástico en clubes de barrio, las tritura, funde y moldea en protectores con diseños personalizados. Además, cada par vendido incluye la donación de otro a un chico que realmente lo necesita.
Su trabajo se hizo viral cuando Tomás logró encontrarse con Messi tras un partido de la Selección Argentina y le entregó el regalo personalmente. El capitán argentino detuvo su camino, observó las canilleras, mostró el diseño a Rodrigo De Paul y las aceptó con pulgar arriba, generando una ola de emoción en redes.

El diseño fue especialmente pensado para el astro rosarino: ilustraciones de sus títulos con la Selección y la leyenda “De Rosario al mundo”, creados por Estudio 89. Según Tomás, ver a Messi tan sorprendido fue “una locura” que le cambió la vida.
Hoy Fenikks produce entre 12.000 y 15.000 pares por mes, lo que equivale a cerca de una tonelada de resina reciclada, y ya trabaja con 18 clubes locales, además de exportar a países como Chile, Perú, Ecuador y Estados Unidos.
Con un modelo de triple impacto (económico, social y ambiental), el proyecto emplea a jóvenes de su barrio y está en proceso de homologación internacional, incluso con reconocimiento del Comité Olímpico Internacional. También impulsa nuevas líneas como camisetas y botines reciclados.