Agustín Monzón nació en Santa Fe hace 23 años y es hijo de Silvia, la primogénita del mítico Carlos Monzón. Aunque nunca llegó a conocer a su abuelo, fallecido en 1995, decidió mudarse a Buenos Aires a los 17 para estudiar actuación y apostar por su sueño artístico.
Durante el proceso adaptativo, trabajó tres años como bachero en una cervecería para sostenerse mientras se formaba y hacía sus primeros contactos en el mundo del espectáculo.

Su carrera artística avanzó al participar en la serie Monzón (2019), que retrata la vida de su abuelo, y en otra ficción exitosa como fue Coppola, el representante (2024), sobre el célebre manager Guillermo Coppola.
Además en 2024 se convirtió en uno de los participantes de Survivor, Expedición Robinson en el regreso del reality conducido por Marley en Telefe.
Recientemente fue doble de riesgo en El Eternauta, la esperada serie de Netflix basada en la historieta argentina, y no ocultó su entusiasmo: “Pocas veces me sentí tan feliz como cuando entré al set de El Eternauta”.

Además, se destaca en teatro, encarnando a “El Pibe” Peralta en la obra Fájense, donde combina su entrenamiento actoral con elementos del boxeo en escena.
Con la mira puesta en el ring, Agustín decidió empezar a entrenar boxeo: “Quiero volver a hacer aparecer el boxeo en el mapa, en el mundo”, expresó con convicción, vislumbrando una posible pelea hacia fin de año.
El joven, aunque reconoce la carga emotiva del apellido, lo ve como una oportunidad y no una carga. “Uno no elige su legado, naces con él… Nadie puede escapar de donde viene, pero uno sí puede honrarlo, defenderlo y construir algo mejor”.

También reflexionó sobre su identidad artística: “No siento que mi apellido sea algo que me pese, al contrario, es algo que llevo con mucho orgullo… Nunca dudé de mi vocación de actor”.
Hoy combina su carrera en ficción, teatro, dobles de riesgo y boxeo, mientras sigue formándose en estudios especializados y compartiendo su camino en redes sociales con más de 37.000 seguidores.
Con una mezcla de herencia, talento y determinación, Agustín Monzón apuesta a construir una identidad propia: respetuosa del pasado, pero decidida a forjar su propio legado entre luces de escena y guantes de boxeo.