Liz Solari supo ser una de las rubias más deseadas de la Argentina. Su aparición en las pasarelas, la televisión e incluso el cine siempre cosechó elogios y admiración. Sin embargo, en el último tiempo emprendió un profundo cambio de vida, alejándose de las luces del espectáculo para sumergirse en un camino espiritual que comparte activamente en sus redes sociales.

Durante la emisión de este martes de Intrusos, el conductor Rodrigo Lussich presentó algunos de los videos que la actriz y activista difunde en su cuenta de Instagram, en los que reflexiona sobre la vida, la fe y su decisión de adoptar un estilo de vida vegano y más consciente.
En sus publicaciones, la rosarina habla abiertamente de su fe cristiana y del camino que decidió seguir inspirada en el ejemplo de Jesús. “La humanidad pretende ser salvada, pero la mayoría pretende lograrlo sin esfuerzo, sin sacrificio”, expresó en uno de sus videos. Y agregó: “Jesús vino para recordarnos el potencial de convertirnos en seres crísticos y la vía para alcanzarlo es el camino que él trazó con su ejemplo de sacrificio, de servicio, de amor y de obediencia a Dios”.
Además de su compromiso espiritual, Solari promueve el veganismo y organiza retiros espirituales en entornos naturales. En una de sus últimas apariciones, promocionó un nuevo retiro que encabezará en la selva misionera, donde guiará prácticas de introspección, respiración consciente y conexión con el propósito personal.
“Hace 15 años inicié un camino de autoconocimiento a través de la meditación que cambió mi vida y ahora soy llamada a compartir estas técnicas, este conocimiento, esta guía”, explicó en un reel.

Este retiro es una nueva etapa en la transformación de Liz Solari, que desde hace años se alejó del espectáculo para abrazar una vida “más consciente y alineada con lo espiritual”. En 2023 publicó su primer libro Meditaciones para un viaje interior y desde entonces comparte contenidos sobre bienestar y energía en redes, donde ya reúne más de 1.4 millones de seguidores.

Lejos de los sets de filmación y las pasarelas, Liz encontró un nuevo propósito: inspirar a otros desde su experiencia personal. Para ella, el bienestar individual está profundamente ligado al bienestar colectivo, y por eso promueve una vida más consciente, armónica y respetuosa con todos los seres vivos.
Su testimonio resuena con una tendencia creciente en muchas figuras públicas que buscan salir del ritmo frenético del mundo del espectáculo para reconectarse con su esencia.