La Justicia dictó un duro revés para Mauro Icardi: fue inscripto en el Registro de Deudores Alimentarios, con un embargo millonario sobre su patrimonio, incluyendo la famosa “Casa de los sueños” en Nordelta. El fallo responde al reclamo judicial de Wanda Nara, exesposa y madre de sus hijas menores.
El Juzgado Civil 106 de la Ciudad de Buenos Aires, a cargo del juez Adrián Hagopian, aprobó una liquidación que obliga al futbolista a pagar un capital de U$S110.000 por alimentos. Además, se sumaron U$S 3.500 adicionales por intereses, costas y gastos judiciales.

Como parte de las medidas, se decretó el embargo sobre la participación societaria de Icardi en Asociación Civil La Isla S.A., vinculada a la propiedad en Nordelta. También se dispuso que, si regresa a Argentina, no podrá salir del país hasta estar al día con sus obligaciones.
La inscripción en el Registro de Deudores Alimentarios Morosos trae restricciones concretas: desde la imposibilidad de realizar trámites bancarios o obtener créditos hasta limitaciones en la emisión de documentación como licencias o pasaportes.

La resolución judicial también incluyó la desestimación de la impugnación presentada por la defensa de Icardi, con lo cual queda firme el monto reclamado por Nara, que asciende a U$S122.443,08 totales por capital y extras.
En sus redes, Wanda Nara no se guardó nada. A través de su cuenta de X, denunció la falta de pago “cuando tenés la obligación moral además de la orden judicial” y alertó que mientras ella afrontaba los gastos de la educación de sus hijas, él pagaba colegios de otros.

El caso generó fuerte repercusión mediática. El fútbol, el espectáculo y la Justicia convergieron en una trama que expondrá el impacto de la resolución sobre su imagen pública y su situación contractual, especialmente en el contexto de su club actual, el Galatasaray.
Esta situación judicial marca un punto de inflexión en la vida de Icardi: una figura pública con gran exposición mediática y profesional pero ahora afectada por una medida firme que puede afectar tanto su movilidad como su patrimonio.