Capacitación con pulso solidario: RCP para pacientes oncológicas del Instituto Maternidad

El equipo médico y docentes de la Escuela de Pacientes reforzaron el mensaje de que cualquier persona puede actuar a tiempo, marcando la diferencia entre la vida y la muerte.

Capacitación con pulso solidario: RCP para pacientes oncológicas del Instituto Maternidad
Pacientes oncológicas y familiares participaron de la capacitación “Todos podemos salvar una vida aprendiendo RCP”, dictada por el doctor Sebastián Galdeano en el Sexto Piso del Instituto Maternidad.

Bajo el lema “Todos podemos salvar una vida aprendiendo RCP”, la Escuela de Pacientes Oncológicas del Instituto Maternidad ofreció una jornada de capacitación que combinó empoderamiento y solidaridad. La actividad se desarrolló en la sala de espera del hospital de Día Oncológico de la Mujer, situada en el Sexto Piso del edificio, con la conducción del doctor Sebastián Galdeano y la entusiasta participación de las mujeres del grupo autodenominado “Las Guerreras”.

La doctora Fernanda González Coletti explicó que el encuentro forma parte del cronograma que cada viernes reúne a pacientes en tratamiento o seguimiento, además de familiares interesados en sumar herramientas de acompañamiento: “En el marco de nuestras actividades realizadas cada viernes, llevamos a cabo entre otras acciones, actividad física con el profesor Nelson Caycho y un completo taller de RCP para que todas ellas sepan los procedimientos básicos que pueden salvar una vida”, detalló.

Durante la clase práctica, Galdeano —en representación de la Sociedad Argentina de Cardiología— ilustró cada paso de las maniobras esenciales de reanimación. Junto a los torsos de entrenamiento, el profesional remarcó la trascendencia social del aprendizaje: “Las maniobras de RCP siempre se realizan siempre hacia otra persona, y la importancia de enseñar y transmitir este mensaje es muy valiosa. Estamos contentos de compartir con estas maravillosas mujeres y esperamos que este mensaje se replique, se reproduzca y lleguen a sus casas a enseñar las maniobras y de a poco ir cambiando la realidad para que cada vez existan más personas instruidas en estas maniobras que salvan vidas”.

Al concluir la jornada, cada participante se llevó un certificado simbólico y el compromiso de transmitir el conocimiento a su entorno. Para “Las Guerreras”, la experiencia significó un nuevo paso en el camino de la resiliencia: además de afrontar la enfermedad, ahora saben cómo intervenir si la vida de otro depende de un par de compresiones oportunas.