Desde que terminó su mediático vínculo con Wanda Nara, la presencia de Elián Valenzuela —más conocido como L-Gante— en los principales portales de noticias del espectáculo comenzó a diluirse. Lejos de los escándalos y la constante exposición que lo rodeaban durante esa etapa, el referente de la cumbia 420 optó por un perfil algo más bajo.
Sin embargo, en las últimas horas volvió a captar la atención al protagonizar un fogoso episodio en un boliche, donde fue visto a los besos con Rocío Clericuzzio, una joven que rápidamente se volvió tendencia en redes.

En un momento mucho más tranquilo de su vida, L-Gante decidió conversar con La Nación y compartir su experiencia respecto al proceso de dejar atrás sus adicciones.
El terrible episodio que vivió L-Gante con las adicciones
“Yo dejé las drogas, me aparté bastante de ese mundo, y que de la nada salgan cosas así, me afectan; más teniendo un problema judicial que todavía está en suspenso”, confió de entrada el cantante, dejando en evidencia su esfuerzo por mantenerse alejado de los excesos.
Al mismo tiempo, el artista profundizó sobre la importancia de cuidar su entorno y mantenerse alerta ante posibles malas intenciones: “Me tuve que poner límites, no prestarme para que otros puedan aprovechar y hacerme jugadas, como este caso. Me tengo que comportar de una manera especial y poner límites porque hay gente buena pero también hay otra que está esperando que dé un paso en falso”, expresó con firmeza.

“Para mí fue fácil porque lo hacía por diversión. Gracias a Dios no llegué al punto de ‘si no tengo me pongo loco’. Era algo que tenía en la cabeza, que me comportaba como un boludo, pero cuando me di cuenta que beneficiaba más a los demás, o que se podían aprovechar cuando yo me drogaba, dije ‘Voy a aflojar’”, confesó el músico, quien destacó que pudo hacerlo sin tratamiento, únicamente con fuerza de voluntad.
Con el paso del tiempo, y ya lejos de los excesos, L-Gante también se tomó un momento para reflexionar sobre su entorno y cómo el éxito modificó sus relaciones: “Tuve que detectar qué era lo que me hacía bien, quiénes eran las personas que me hacían bien, que sumaban, las que restaban, y todo tomarlo con pinzas y ordenarme también. Quería estar más con mi hija y volver a generar algunos vínculos”, expresó, dejando en claro que ahora prioriza los afectos reales y su bienestar emocional. “Algunas cosas me salieron bien, otras me salieron mal. Igual, todos esos sentimientos me ayudaron a hacer canciones”, concluyó.